¿Armstrong impostor?
Jose Luis Izquierdo “Mago More” en su newsletter no hace mucho nos brindó una anécdota de Neil Gaiman, que decía así:
Hace algunos años, fui lo bastante afortunado como para que me invitaran a una reunión de buenas y grandes personas: artistas y científicos, escritores y descubridores de cosas. Y sentí qué, en cualquier momento, se darían cuenta de que no estaba lo bastante cualificado como para estar allí, entre esa gente que realmente sí había hecho cosas.
En mi segunda o tercera noche, estaba en la pared del fondo, mientras actuaba un número musical, y comencé a hablar con un caballero mayor muy amable y educado sobre ciertas cosas, incluido el hecho de que compartiéramos nombre. Y entonces, señaló a la sala llena de gente y dijo algo así como:
«Miro a todas estas personas y pienso, ¿qué demonios hago yo aquí? Ellos han creado cosas increíbles y yo sólo fui adonde me mandaron».
Y le dije: «Sí, pero fue el primer hombre en la Luna. Yo creo que eso cuenta para algo».
Y me sentí un poco mejor. Porque si Neil Armstrong se sentía como un impostor, entonces quizá el resto del mundo también.
Muchas veces nos sentimos impostores, nos infravaloramos. No es tanto el valor que proyectamos, cada cual tiene una idea sobre nosotros; lo importante es el valor que nos otorgamos a nosotros mismos. Conseguimos logros, vencemos demonios, nos sobreponemos a dificultades y no le damos la importancia necesaria, pensamos incluso en la suerte como agente que hace que resolvamos asuntos. Desterremos el síndrome del impostor y confiemos más en las herramientas que hemos utilizado para llegar hasta donde hemos llegado.
Buen fin de semana,
Gorka “impostor” Fernández Mínguez