Bloqueo lector
“Siempre me había considerado un amante de la lectura, pero hace unos años constaté que existía una gran diferencia entre que te gusten los libros y que los necesites. En mi caso, me identifico con las personas que dependen de los libros para disfrutar de una vida plena”. Es el testimonio que acompaña al escritor Matt Haig desde que a los 24 años cayó en una depresión que superó gracias a la lectura y al amor por la escritura. Sus miedos, esperanzas y satisfacciones fueron sintetizadas 15 años más tarde en el libro Razones para seguir viviendo, que Haig escribió porque, afirma, “las palabras, a veces, realmente pueden liberarte”.
Llevo más de un año con un bloqueo lector, en este periodo únicamente he leído un libro. Curiosamente lo hice de una sentada, fue el de Alessandro Baricco titulado Seda que me dejó mi amigo Natxo. Me enganchó y pensé que sería el responsable del desbloqueo, pero no, seguí sin leer. Antes leía bastante, hace dos años llegué a leer treinta libros, llevaba la cuenta en Goodreads la red social de libros. Me resistí a que me pasara lo mismo escribiendo, no quería un bloque en la escritura y me he ido forzando a publicar al menos un artículo por semana aquí.
Todo se reduce a la adquisición de hábitos.
Esta semana he puesto remedio al bloqueo de lectura. Me he marcado leer al menos 15 minutos por día, la verdad es que me pongo a leer y estoy más tiempo. He procurado tener consolidados otras adquisiciones de hábitos, por ejemplo con los cinco minutos de ajedrez en la app Chess.com llevaba más de veinte días por lo que se podía decir que ya tenía adquirido ese hábito, con el Duolingo lo llevo peor porque hay días que no me pongo a aprender idiomas y tengo que echar mano del protector de racha. El asunto es que el lunes me puse a leer y llevo esta semana un buen ritmo, espero recuperar el gusto por la lectura. De momento estoy con las memorias de Matthew Perry.
Buen fin de semana,
Gorka “lector” Fernández Mínguez