C. Tangana, ABBA, The Beatles y la disonancia lírica
Se acaba de fallar el premio Nobel de Literatura, que ha recaído en Jon Fosse y creo recordar que no he leído nada de él. Sé que ahora tendré la oportunidad con la reedición de sus obras, no es muy mayor. Este escritor noruego tiene 64 años.
Hoy no va de libros, va de acordes…
No suelo dejar que mi hija o hijo pongan canciones en mi Spotify, en mi algoritmo mando yo. Pero un día, de vuelta de un entrenamiento mi hija me pidió poner la música de vuelta. Se sorprendió cuando le dije que sí, me pilló con la guardia baja. Puso Demasiadas mujeres con ese inicio tan original. Demasiadas mujeres es una canción de C. Tangana que empieza con una preciosa marcha de Semana Santa llamada El Amor, luego cambia a una música más alegre. Indagué en el cantante y escuché varias de sus producciones. Tiene que ser muy duro que te dejen de querer cuando más la necesitabas o mucho peor, no poder olvidar el olor de la que te follaste en el baño del garito borracho. Ese último drama, el del urinario, aparece en la letra de la citada canción Demasiadas Mujeres, su música tiene ritmos alegres pero la letra es dramática. Disonancia lírica, así se llama este concepto en el que música y letra difieren en su tono emocional. ABBA lo llevó a su máxima expresión, sus melodías son alegres con letras y temas desoladores: Mamma Mia (una mujer que entra constantemente en relaciones problemáticas porque no sabe qué hacer), Waterloo (en referencia a la batalla del mismo nombre, con miles de víctimas, usándola como metáfora de una relación tóxica), Super Trouper (ser famoso hace que estés solo), Fernando (dos hombres que recuerdan una noche de sus vidas durante una guerra). Mi hija me apunta que Bad Bunny también es experto en disonancia lírica.
Al primero que oí hablar sobre disonancia lírica fue a mi profesor universitario César San Juan (lector de esta newsletter), nos hablaba de la diferencia entre la música y la letra de un bolero. Tras más de veinte años de aquellas clases volví a encontrarme con César en un podcast, concretamente en Estamos dentro, un programa de entrevistas spin off del original Barruan gaude.
Comentando con mi hija una conversación con una alumna me dijo: Aita haces lo mismo que nos plantea el de Oratoria, utilizas una metáfora o anécdota al principio para luego ir al tema. Me pilló. Aquí también lo hago. El profesor San Juan se lo curraba y utilizaba esa estrategia, nos conducía al tema hablándonos de un bolero para llevarnos al concepto de disonancia. Descubrí, escuchándolo en el podcast, que es un beatlemaníaco, de hecho en 2017 publicó el libro Una historia de los Beatles. No recuerdo anécdotas sobre los Beatles en sus clases, seguro que las hubo.
¿Recuerdas la canción alegre del cuarteto de Liverpool Run your life? Así empieza su letra:
Bueno, yo prefiero verte muerta, antes
de estar con otro hombre
Es mejor mantener la cabeza, niña
o yo no sé dónde estoy
Telita con los Beatles ¿eh? Tengo dos amigos que dirían que en estos tiempos ya no se pueden escribir ese tipo de letras, quizá nunca debieron escribirse. A lo que vamos, otro ejemplo claro de disonancia lírica es este citado Run your life.
Muchas veces vamos por la vida alegres, con la música a toda pastilla sin darnos cuenta de la letra. Sin parar a reflexionar que vivimos un drama. En ocasiones vivimos una disonancia vital que es preciso desenredar. Parar, pensar y comprobar si lo que sentimos tiene relación con lo que pensamos, no sea que nos encontremos cantando automáticamente una vida y en un momento caigamos en la cuenta: pero si la música de esta canción es alegre y su letra triste y ¿cómo puede ser?
A pensar.
A por el viernes y buen fin de semana,
Gorka “disonante” Fernández Mínguez
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Crédito de la Imagen de Ralf Ruppert en Pixabay
PD: Si te gustan los Beatles no dejes de ver la película Yesterday, pasarás un buen rato.
PD2: Esta semana en el blog de Educación he escrito sobre vocación.