Quizá ya se te haya olvidado el tema de la bofetada de Will Smith a Chris Rock de ayer, aquí todo pasa volando. Pues aquí vengo yo a recordártelo. Se ha escrito mucho, yo voy a ello también.
Will Smith dijo que antes de la entrega de premios el también actor Denzel Washington le dijo: "En tu momento más alto, ten cuidado, ahí es cuando el diablo viene a por ti". Vaya que si llegó a por él. Ese diablo tiene un nombre de pila un poco más vulgar, ira. La ira fue lo que pudo con Will Smith.
El debate de los límites de humor es conocido, a mí no me hizo gracia el chiste del cenicero en el seiscientos de Guillermo Zapata. Sin duda la broma de Chris fue también de mal gusto. Cuando me llegó la noticia desconocía que Jada Pinkett, esposa de Will Smith, padecía una enfermedad de pérdida de cabello. Cuando vi la escena por primera vez pensé que ella misma había decidido raparse el pelo. Claro, el chiste se redefine cuando el pelo lo ha perdido por un trastorno autoinmune. Obviamente Chris Rock se pasó de la raya. Tampoco sabía que el presentador de la gala había tenido un romance con Jada (fuente Marca: El romance pasado entre Chris Rock y Jada Pinkett que habría desatado la ira de Will Smith, a veces hay que poner en cuarentena las informaciones de los medios de incomunicación, pero bueno. Ahí está).
Nada justifica, aunque explique, la reacción del esposo enfadado. Hay muchas aristas en este tema, una de ellas es la masculinidad tóxica. Escribe Roy Galán en Instagram: "Partir la cara a otro hombre es uno de los mandatos de la masculinidad porque un hombre se hace a sí mismo demostrando su poder físico sobre los hombres" y sigue "el mandato patriarcal obliga a Will Smith a restituir el honor de una mujer que él "cree" como propio sin contar con ella porque en el fondo ella no importa: esto es un diálogo entre hombres". Muchas discusiones masculinas se dan con esos mimbres, recuerdo la escena del bar en El indomable Will Hunting, aquella, por lo menos, fue dialéctica.
No queda ahí la cosa, cuando recibe la estatuilla por su interpretación encarnando al señor Williams, pide disculpas y explica algo así como que el amor a veces hace que nos comportemos así, “te hace hacer locuras”. ¿Que el amor provoca violencia? ¿Que quienes matan a sus mujeres diciendo que lo hicieron porque las querían demasiado tiene una explicación lógica? No, perdona. No.
Pero... no se vayan todavía, aún hay más. El hijo de Will, Jaden, con quien trabajó en el magnífico biopic En busca de la felicidad escribe en redes sociales "Así es como lo hacemos". El hijo no solo justifica la reacción del padre si no que la normaliza, "los hombres somos así, así es como lo hacemos". No, perdona. No.
Ante todo, control de la ira. Ya lo decía el Dalai Lama, “el éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.” Hay muchos recursos para controlarla, quizá un mantra que te desconecte del torrente de sensaciones que lleva a la agresión sea útil; el control de la respiración puede ser otra estrategia.
Dice mi compañero de tertulia cinéfila en Conversacines, César Bardés, gran crítico de cine, que poco más vamos a ver a partir de ahora a Will Smith en la pantalla, que se hará con él un proceso de cancelación como se ha dado con otras personas por otros temas. Sinceramente, espero que no. Me gusta como actúa Will Smith, en pocas películas en las que ha participado me ha defraudado como actor; como persona el otro día me falló y mucho.
Me emociona un cuadro de Picasso, pero odio su misoginia.
El personaje y el artista, dónde empieza el uno y dónde termina el otro: otro temazo.
Buena semana, se acercan las torrijas:
Gorka Fernández Mínguez
PD: De la ceremonia de los Óscar´s del pasado domingo déjame que me quede con la ternura de Lady Gaga hacia Lisa Minnelli, ante un momento de dificultad le sostiene la mano, la tranquiliza y le susurra sutil (“I got it”) cuando va a perder el hilo. Se ve aquí respeto, reconocimiento, cuidado de lo frágil, admiración por quienes nos precedieron. Quizá no sea tan circunstancial que Lady Gaga sea mujer…
Me ha gustado el comentario de Ignatius Farray: "he agredido por un chiste y me han agredido por un chiste… Y, si tuviera que elegir, no digo orgulloso, pero me da menos vergüenza lo segundo", porque actualiza aquello que dijo Sócrates: "No es vergonzoso sufrir una injusticia, sino cometerla". Cito de memoria, y me falla a menudo. En definitiva, un profesional del humor debe seleccionar mejor sus gracias, y el otro... se merece una ración de mimos y cariño, a ver si así se le baja el cortisol y la adrenalina.
Muy de machito... El se rió al principio con el chiste de Chris Rock pero como vio que a su mujer no le hizo ninguna gracia pues se vino arriba y zasca. En un tiempo como el que vivimos no habria estado de más que Jada se defendiera verbalmente ella misma... A una mujer del siglo XXI no hace falta que su marido la protega... Me hubiera encantado y aplaudido.
También te digo que parece una pequeña farsa todo.