Dialogar contigo mismo en el pasado y futuro
Al final del curso pasado la orientadora de uno de los centros en los que trabajaba me propuso dos casos nuevos para mi programa de acompañamiento. Había poco margen, apenas tres semanas para intervenir. Pero eran casos críticos a los que les vendría bien alguna de las dinámicas que había realizado durante el resto de curso con mi población diana. La orientadora me habló de, pongamos que se llamaba Javier, un chaval de primero de la ESO cuyos padres se habían separado recientemente y no lo llevaba muy bien. Trabajé con él las emociones con una dinámica que ya he explicado por aquí anteriormente. A la semana siguiente me propusieron trabajar con, pongamos que se llamaba, María. Hacía una semana se había intentado suicidar. La orientadora me puso al día contándome detalles. Cuando saqué a María de su aula, le dije simplemente que me habían pedido que hablase con ella, que era psicólogo. Ella me conocía, durante el curso había estado sacando a tres compañeras suyas de su aula, aunque no sabía muy bien cuáles eran mis funciones. Tenía duda sobre qué dinámica le iría bien, pensé en la de “Te lo digo a mí”. Cuando se sentó obviamente no le pregunté “¿Por qué te has intentado suicidar?”. Rompimos el hielo y le propuse ver el corto protagonizado por Lola Dueñas titulado “Te lo digo a mí”. Si tienes un rato te invito a que dejes aquí la lectura, lo veas (son 10 minutos) y siguas después. Eso es lo que hice con María, vimos el vídeo y después le pregunté ¿Qué le dirías a la María de 5 años? Me respondió: “que no haga tonterías, que no intente hacerse daño”.
Bingo.
No indagué.
Seguimos y le pregunté cómo sería la María de 25 años. Le hice una batería de preguntas sobre cómo sería esa mujer. La última pregunta después de un silencio necesario fue: ¿Quieres llegar a ser la María de 25 años? Respondió: “a veces”. Ahí ya entré en el tema, hablamos sobre sus pensamientos, sobre cómo interpretaba ciertas situaciones, sobre qué pasaba cuando entraba en bucle… Charlamos y quedamos para una próxima sesión. Se fue contenta.
Creo que es necesario dialogar con nuestro yo pasado y futuro. Personalmente no le daría muchos consejos a mi yo de 5 años, quizá que leyese mucho, que no dejase de aprender, que cuando llegase el momento no dejase el teatro (me arrepiento de haberlo dejado)… En términos generales, estoy contento con cómo se ha desarrollado mi vida desde entonces, por eso no le daría muchos consejos, quizá uno importante: que viviera la vida intensamente. Sin embargo, a mi yo de 60 años sí que le preguntaría muchas cosas sobre mi hija, mi hijo, mi carrera profesional… aunque quizá las preguntas claves serían ¿has sido feliz?; ¿estás orgulloso de ti mismo?
Un saludo:
Gorka “Marti McFly” Fernández Mínguez
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PD: En el blog de Complementaria rescaté un artículo que envié por aquí, uno que hace referencia a la necesidad de sonreír..