El abejorro vuela porque no sabe que no puede volar
Tengo amigos que de vez en cuando me proponen lecturas interesantes de artículos que me permiten aprender, uno de ellos es Natxo Orbe. En mayo me envío el artículo escrito por Álvaro Anula titulado “El misterioso río gallego que los romanos no cruzaban por miedo a perder la memoria”. Natxo es un apasionado de la historia. Aquel día me trasladó a la época romana y al hecho de que somos capaces de sobrellevar nuestros miedos, pero… ¿y si somos capaces de hacer algo solo por el único motivo de que no sabemos que podemos hacerlo? Un poco enrevesado, pero esto enlaza con la historia del abejorro: “Según los expertos en aeronáutica, el abejorro no puede volar, por su peso, forma y el tamaño de sus alas. Pero eso el abejorro no lo sabe, y por eso, sigue volando”.
A esto se lo ha llamado el mito del abejorro. Fue una cuestión que tuvo bastante entretenida a la ciencia durante todo el pasado siglo XX. ¿Puede realmente volar? ¿Qué pasa con ese pobre abejorro? ¿Cómo aplicar esto a nuestra vida cotidiana? La "verdad verdadera", está a medio camino entre la ciencia, la imaginación, y la realidad. Surgían dudas y era un poco humillante que con todo el avance científico, un insecto cotidiano, como una abeja o una mosca, desafiara el poder de la física y las matemáticas modernas. Pero en 2005, tras varios años de investigación, el doctor en física Fernando Minotti, pudo modelar matemáticamente el vuelo del abejorro, utilizando física de fluidos y determinó que sí podía volar. A pesar de ello podemos sacar una conclusión, el abejorro "no sabe" sobre su imperfección para volar y eso lo lleva a ir más allá de sus límites aparentes, demostrando que sí es posible elevarse en el aire. Si uno no le hace daño a nadie, y no se anda imponiendo sobre otros, es perfectamente válido intentarlo una y otra vez. Así es como se logran superar las limitaciones. Históricamente tenemos multitud de ejemplos:
Ahí van algunos ejemplos: Marilyn Monroe continuó en forma dedicada, en vez de hacer caso a esas opiniones negativas y se volvió una estrella a nivel mundial; Stephen King quemó su primera novela, la segunda no la pudo publicar jamás, y la tercera fue rechazada 30 veces, por lo que la tiró a la papelera. Su mujer la sacó literalmente del cubo de la basura, animó a King a que la enviara de nuevo, y bueno, la novela Carrie sí tuvo éxito al fin, como es evidente. Lo que viene después ya lo sabes; historias hay muchas: Elvis Presley, Thomas Alva Edison, Michael Jordan, la lista es larga.
¿Qué tuvieron de especial todas estas personas? Su actitud. Se hicieron responsables de sus carreras, y fueron disciplinados. Se fijaron metas altas, y se comprometieron a alcanzarlas. Además, tenían la mente abierta para aprender de sus errores, y también de las personas y eventos negativos. Por lo tanto, en el rechazo, el fracaso, la negativa, también hay algo positivo, si es que sabemos mantener una perspectiva adecuada.
El abejorro con su cuerpo "anti vuelo", aunque no lo sepa, es un ejemplo de superación de límites para nosotros. En vez de batir las alas como cualquier insecto, lo hace de una manera diferente y eso es lo que le permite volar. Su caso es una invitación a buscar caminos diferentes para lograr lo que queremos, aunque parezca que no es posible.
Buena semana,
Gorka “abejorro” Fernández Mínguez
PD: Sigo publicando en mi blog Complementaria, el martes escribí sobre Educar para convivir y el viernes liberé el capítulo 6 de mi libro Aprende y disfruta titulado Creatividad en el aula.