Esta época del año suele ser de un consumismo desmesurado. Tras el Black Friday y las compras de Navidad nos llegan las rebajas de enero. Cuando compramos más de lo que realmente necesitamos estamos realizando una conducta aparentemente irracional, muchas personas gastan más de lo que por su nivel de ingresos se recomendaría. Esta conducta se puede explicar con el efecto Diderot. Este filósofo francés se dio cuenta de que adquirir una nueva posesión puede dar lugar repentinamente a la compra de muchas otras. Comenzó a estudiar ese fenómeno y su trabajo fue ampliado por el antropólogo Grant McCracken. Ambos llegaron a la conclusión de que los objetos que poseemos tienen una relación directa con nuestra identidad. Así, nuestras posesiones y lo que pensamos de ellas también influye en elementos tan significativos como nuestro autoconcepto o nuestra autoestima. Por eso, en muchas ocasiones tenderemos a adquirir cosas nuevas que estén más en consonancia con lo primero que hemos comprado o con lo que ya tenemos. Aquí entraría en juego el efecto Diderot.
¿Cómo llegó a concretarse dicho efecto? Nos lo cuentan en la web La mente maravillosa.
En su obra Arrepentimientos al despedirme de mi viejo albornoz, contaba la historia de cómo un inocente regalo le acabó llevando a caer en la ruina.
En el libro, Diderot cuenta que recibir un precioso albornoz escarlata como regalo le trajo consecuencias inesperadas. Al principio, el filósofo estaba encantado con su nueva posesión. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el resto de sus objetos distaban mucho de ser tan elegantes.
Así, Diderot cuenta en su libro que pronto comenzó a reemplazar sus viejas posesiones. Cambió su vieja silla de madera por un cómodo sillón con asiento de cuero. Reemplazó los cuadros de su casa por otros mucho más caros. Poco a poco, fue gastando cada vez más dinero en adquirir objetos elegantes, que hicieran juego con su nuevo albornoz.
Casi sin darse cuenta, el hombre terminó por gastar todo su dinero en posesiones que realmente no quería. Este es el principal ejemplo de lo que el efecto Diderot puede hacernos si le dejamos controlar nuestras decisiones.
Pero cómo podemos salir de esa espiral de consumismo fatal, todo se basa en analizar nuestra conducta, darnos cuenta antes de realizar una compra, si en realidad la necesitamos. Podemos calcular cuánto nos podemos gastar en un artículo y los que vendrán como consecuencia. Siempre deberíamos pensar en la utilidad de lo que compramos.
Alejandro Rodríguez concluye en su artículo que mantener el efecto Diderot a raya puede ser complicado. Sin embargo, si eres consciente de lo que haces y reduces la motivación por impresionar a los demás, pronto te darás cuenta de que ya no necesitas realizar cientos de compras nuevas simplemente por el estatus que te proporcionan o para que estén en consonancia con otras.
Buen fin de semana:
Gorka “consumista” Fernández Mínguez
PD: Seguimos con el podcast Conversacines, el último episodio fue sobre la peli de John Ford Misión de audaces.
Maravilloso, gracias Gorka