El valor del reconocimiento a quienes están destacando
Hace unas semanas recibimos una patata caliente en el departamento de Orientación, mi compañera que al igual que yo va a tope, me la pasó. La recogí como quien coge, eso, una patata caliente, pasándola de mano en mano hasta que se enfría. Me reenvió un correo, algo así como unos premios llamados Destacando. Insito, estaba a tope, así que lo dejé reposar hasta el día siguiente.
Cuando lo leí me resultó una tarea un tanto ardua, el plazo para determinar nominaciones era relativamente corto. Parecía ser una iniciativa magnífica.
Los premios Destacando pretenden reconocer el esfuerzo y dedicación de estudiantes desde los 6 a los 18 años. Hay diversas categorías: arte, deporte, superación personal, estudios… La persona que tiene a cargo la tutoría, de un grupo de ESO o Bachillerato en nuestro caso, elige a una persona premiada asignándole una categoría.
Tenía que ponerme rápidamente en contacto con esas personas. Envié un correo masivo, poniendo como último día para recepcionar candidaturas el 3 de marzo (el correo lo envié el 25 de febrero). Expliqué sucintamente en qué consistía el premio y adjuntaba la documentación explicando más exhaustivamente. En los días siguientes, solo cuatro propusieron, a lo largo de la primera semana de marzo hablé personalmente con parte de quienes eran los responsables de otorgar la distinción. A día 3 de marzo llegamos a la cifra catorce. Constaté que los correos masivos (como puede ser este jejeje) tienen poca efectividad.
Hablé con la responsable de los premios en la provincia de Huelva (Marian, un encanto) y me dijo que teníamos que comunicárselo al alumnado premiado. Debíamos darles una hoja para que sus familias o representantes legales aceptasen hacerles una foto para la orla general.
En estos casos hay tres opciones, una dárselo a la persona responsable de la tutoría, dos dar las cartas a ordenanzas para que las entreguen o tres te pateas el centro pasillo a pasillo para entregarlas en mano. Decidí dedicarle un rato y opté por esta última opción. Cuando entregué la carta al primer alumno supe que aquello iba a ser una gran experiencia. Lo fue.
Entregué las catorce cartas.
Les decía: “Enhorabuena tienes un premio por tu … (constancia, superación, dedicación a los estudios, deporte, arte). Lo estás haciendo muy bien y tienes este reconocimiento. Solo necesitamos que tu madre o padre firme esta autorización para cuando llegue el fotógrafo de la orla” Sus ojos brillaban, se intuía una gran sonrisa debajo de la mascarilla, no dejaban de mirarme con una expresión incrédula… Fue magnífico, catorce momentazos.
En la vida, y en educación, nos centramos mucho en la corrección de conductas indeseadas y a veces nos olvidamos de premiar las adecuadas, ejercemos ese ímpetu por asumir que lo correcto es lo que tiene que ser. Y no. Debemos levantar la vista y animar más cuando todo va bien. Premiar. Reconocer. Necesario y vital para quienes están DESTACANDO. La entrega de premios será el próximo miércoles 16 de marzo en Ayamonte.
¿Quién le va a decir de una vez al abejorro que vuela porque le pone empeño a pesar de que es imposible hacerlo en base a las leyes de la aerodinámica? (no es exactamente así, pero valía para terminar el correo).
Buen finde,
Gorka Fernández Mínguez
PD.- Te pongo enlace a la historia del abejorro que tiene su miga, por si te interesa.