Hygge: la felicidad que llega desde Dinamarca
A través de un artículo de Jezabel Handel te acerco el concepto de Hygge (pronunciado “Jiuga”) que hace referencia a una forma de ver la vida que nos llega desde Dinamarca, simboliza la forma en la que una persona debe cuidarse a sí misma, encontrar la armonía y apreciar las pequeñas cosas. Uno de los caminos hacia la felicidad. Curiosamente, según estudios, la danesa es una de las sociedades más felices del mundo.
Hygge no tiene una traducción directa podemos decir que su significado viene a ser algo así como el arte de crear una atmósfera acogedora, de bienestar y libre de cosas estresantes, que nos hace sentirnos abiertos, relajados y vivos al mismo tiempo. Resumiendo, consiste en encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, en la tranquilidad del hogar y en la naturaleza, disfrutando de los procesos y alejándonos de todo el estrés o velocidad a la hora de llevar algo adelante.
Uno de los espacios que más paz o felicidad nos puede procurar es nuestro hogar. Debido a que en Dinamarca los inviernos son muy largos, la sede del Hygge es el hogar. Por ello, procuran que su casa sea cálida e inspiradora.
Regalarse un día para no hacer nada más que cuidarnos de nosotros mismos es una actividad que recomiendan. Los daneses no se castigan por tener días sin planes. Por el contrario, buscan un balance entre las diferentes áreas de su vida, y tener momentos para no hacer nada, no es un castigo, ¡sino todo lo contrario!
Los actos comunitarios son importantes en el Hygge, todos ayudan, colaboran y cocinan en eventos comunes. La idea es compartir y disfrutar en grupo, mientras se establecen conversaciones agradables y amenas.
El Hygge no solo tiene lugar en los hogares, sino también al aire libre. Encontrar en espacios abiertos estos momentos de reconexión, relajación y de suavidad con el momento presente, son sin duda, fundamentales.
Para terminar Jezabel nos enumera los beneficios de aplicar el Hygge en nuestras vidas:
Mejoras en la salud.
Equilibrio entre trabajo, desarrollo personal y familia.
Ahorro financiero (no busca consumir, sino disfrutar de las cosas simples y de poco valor económico).
Comodidad y confort.
Gratitud, abundancia.
Quizá la virtud de los daneses haya sido mantener la tradición rural incluso en las ciudades, porque si te das cuenta muchas de las cuestiones que proponen las tenemos presentes en nuestro ámbito rural. Habrá que volver un poco al pueblo, para recuperar la esencia de la felicidad.
Que tengas un buen día,
Gorka “feliciano” Fernández Mínguez
PD: En el blog de complementaria, esta semana he liberado el capítulo sobre la comunicación oral.