Mi hijo es un apasionado del fútbol, diría que desde hace un año. Consume gamers que juegan al FIFA, ve youtubers futboleros, juega a la play, le encanta jugar con la pelota en el parque y practicar en el jardín de los abuelos. Pero esta es la tercera temporada que practica rugby. A principio de curso nos dijo que él quería federarse en fútbol. Conseguimos que siguiese en rugby y actualmente practica los dos deportes. Entrena los lunes y miércoles a fútbol; los martes y jueves a rugby. Quizá pienses que es demasiado. Pues no, de momento. Veremos cuando llegue a secundaria. Su condición de inquieto precisa liberar energía y el deporte es una buena válvula de escape. En esta su primera temporada en fútbol el entrenador no le saca mucho en los partidos, el último en el que fue convocado jugó siete minutos, ¡solo siete minutos! La pasada semana no lo convocaron y para mi sorpresa en esta tampoco. El deporte escolar es para aprender, no para competir. Deberían rotar e ir descansando todos, buenos y malos. Es tremendo lo que tira el fútbol, con la de deportes que ahí.
Cuando el miércoles pasado mi hijo me dijo que esta semana tampoco iría convocado me enfadé mucho, le dije que iba a hablar con su entrenador. En realidad no puedo hablar con él. Mikel me dice que no lo haga, que él lo entiende, que es su primer año y que a él no le molesta que no le convoque. Yo no puedo hablar con su entrenador, porque si lo hago tengo la sensación de hablar con aquel entrenador de balonmano de dieciocho años que fui y tampoco sacaba a ciertos jugadores. Cuando me enfado con el entrenador de mi hijo, me enfado con el entrenador que fui. Pero la situación es perjudicial para mi hijo, y como en casa somos un equipo... Fue la madre quien habló con el entrenador, certifico que es una gran estratega a nivel dialéctico, vaya si lo es.
Cuando recogí a Mikel del entrenamiento llegué a casa. Emocionalmente me encontraba con mucha ira y estaba tan alterado por la situación que no podía ponerme a estudiar, decidí llevar a Sevilla una carta que mi amigo Miguel Ángel había recibido en su antigua casa sobre la pensión no contributiva, una carta importante. Se la llevé a la residencia en la que ahora vive. Tenía así la posibilidad de bajar las pulsaciones. Cuando enfilaba con el coche la carretera justo en el banco de frente de nuestra casa vi que estaba el entrenador de Mikel con su novia. Paré y llamé a Elena, le dije que tenía una oportunidad de oro para hablar con él. Me fui con la intriga de saber qué le habría dicho. Cuando llegué a la residencia, antes de entrar llamé a Elena y me dijo que el chaval había sido muy receptivo, como madre y con gran templanza, incidió en la estabilidad de nuestro hijo, le comentó que había tenido la autoestima bastante baja y que el hecho de no salir o no jugar a un deporte que le apasiona podría influir en que de nuevo bajase, que no nos preocupaba que saliese o no, que nos preocupaba su salud y que si le animaba con algún mensaje positivo en los entrenamientos le haría muy bien. Curiosamente la novia del chaval está estudiando Pedagogía y a todo lo que Elena decía asentía y reforzaba.
Mikel me dice que se pone nervioso cuando juega a fútbol, cuando juega a rugby no, tiene más experiencia. El jueves por la mañana, antes de dejarlo en casa de sus abuelos, que lo llevan al colegio, me dijo: "Aita, ¿sabes que hay un chico en mi equipo que el año pasado no salía y este año es siempre titular?". Lo interesante de todo esto es que mi hijo se bombardea con mensajes positivos. Pero para ello necesita poder ponerlo en práctica, jugar. Espero que la charla haya sensibilizado al entrenador.
La autoestima es vital en el desarrollo de una persona, es importante llevarte bien contigo mismo, hablarte bien, lanzarte mensajes de ánimo... Con la autoestima se relacionan otros cuatro conceptos: autorespeto (respetarse a uno mismo); autoconcepto (imagen que tenemos sobre nosotros); autoaceptación (aceptarse en lo bueno y malo) y autoconocimiento (conocimiento propio, conocer nuestras cualidades y defectos, apoyándonos en las primeras).
Te propongo dos ejercicios:
1. Fomentar el autocuidado: enumera una serie de cosas agradables que puedes hacer por ti mismo en tu día a día. Tenlas presentes.
2. Hablar con tu lado amable: piensa en qué mensaje te transmitiría un amigo que te quiere y se preocupa por ti. Escribe a tu yo del futuro, qué consejos le darías, qué mensaje cariñoso o de consuelo lanzarías.
Por mi parte, de todo esto saco la conclusión de que tengo pendiente una charla con aquel chaval que entrenaba a balonmano hace treinta años y solo le preocupaba la competición de sus chicos, sin tener en cuenta su progreso y desarrollo personal. Cuánto he cambiado. Afortunadamente, pero apuntaré una cuestión importante: ahora no juego el rol de entrenador, ahora estoy en el equipo de los padres (ayer celebramos nuestro día) y como miembro ilustre del mismo por mi hijo maaaato.
Buena semana,
Gorka "deportista" Fernández Mínguez
PD: La semana pasada publicamos en el canal de La azotea algabeña la conversación con Manuel Geniz “Nino”, hablamos sobre Semana Santa. Quizá sea un diálogo muy localista pero te puede aportar idea sobre cómo una persona se enfrenta a la redacción de un pregón y las vivencias en torno a un periodo tan importante por estos lares como es la Semana Sanata.
PD2: Presta atención al blog https://complementaria.wordpress.com/ porque cada lunes publico un capítulo del libro Aprende y disfruta.
El podcast del timbre ya no actualiza?