Hay días en el calendario que tienen banda sonora: 9 de noviembre, 20 de enero, 20 de abril y este día de hoy, 7 de septiembre.
¿Sabes que un 7 de septiembre fijé una fecha para mi boda que nunca se celebró? Lo conté en mi novela de autoficción Adiós a los treinta.
Comienza un nuevo curso de esta newsletter y también escolar.
Hoy me gustaría recomendarte una serie de televisión con la que he aprendido muchas cosas, por ejemplo un idioma: catalán. No sería capaz de mantener una conversación hoy en este idioma pero entendería mucho de lo que la otra persona me contase. Ya había visto la serie Merlí en castellano, cuando estaba en Netflix. Me apetecía volver a verla y descubrí que existía la posibilidad de seguirla en la web y app para la televisión pública catalana TV3. No podía subtitularla en castellano, porque no existe esa opción en TV3, así que la subtitulé en catalán para seguir mejor los diálogos (Elena hace lo mismo con el inglés, sobre todo cuando ve Los Bridgerton, dice que si no, no se entera de lo que hablan).
Vi Merlí en catalán, subtitulada en catalán; unido a que recuperé mi hábito en Duolingo con este idioma hice una inmersión catalana interesante.
Aprenentatge autodidacte en tota regla.
Merlí es la historia de un profesor de Filosofía y un grupo de alumnos y alumnas que crecen en dos cursos: primero y segundo de bachillerato en un instituto de un barrio barcelonés. Primero de Bachillerato se corresponde con la primera temporada y segundo (previo a selectividad) se divide en dos, la segunda temporada hasta navidad y la tercera hasta el final de curso. Apuntar, antes de nada, que no me creo que la única diversidad étnica que existe en un instituto catalán se reduzca a una alumna de origen africano megasecundaria en la trama. Por ahí falla, y mucho, la serie.
Muchas veces utilizan el adjetivo naif y creo que también define en términos generales la serie en sí. No he visto la serie Física y Química pero Merlí sería una mezcla entre esta y la película El club de los poetas muertos.
Me gustó en su día en castellano y me ha gustado, más, en catalán. Siempre se gana en versión original, aunque a veces se te escape alguna palabra que no entiendes.
El profesor, Merlí, es cercano. Obviamente llega a un punto de relación con su alumnado que es inviable en la realidad. Algunos se consideran amigos del profe. Creo que no se puede ser amigo de un alumno, al menos durante la docencia. Aunque considero que la cercanía es un factor importante para cultivar una relación que, a mi entender, no debe ser de amistad.
Los temas son variados: muerte, amor, LGTBI, bullying, infidelidad, liderazgo, pedagogía, didáctica… cada capítulo se centra en alguien relacionado con la Filosofía. Hay capítulos titulados desde Marx y Hegel a Arendt y Zizek. He aprendido mucho: catalán, filosofía, sobre la profesión, sobre la amistad y compañerismo… En serio, he aprendido mucho con esta serie y te la recomiendo. Tiene un spin off con otras dos temporadas llamado Merlí: Sapere Aude, en este caso va sobre la vida de uno de esos alumnos de instituto que ha pasado a la Facultad de Filosofía a estudiar aquello que le inculcó su profesor: el amor a pensar.
También vi en su día Merli: Sapere Aude en castellano y no descarto volver a verla (esta se mantiene en Netflix) en catalán subtitulada en catalán, a pesar de, también, su carácter naif y poco multicultural.
El saber no ocupa lugar.
Atrévete a saber (Sapere aude).
Buen fin de semana y buen curso.
Gorka “proMerlí” Fernández Mínguez
Créditos de la imagen: morhamedufmg
Willing to watch it! Thanks again for sharing, dear Gorka.