El pasado fin de semana viajé a Barakaldo en buena compañía, dio lugar a charlar mucho, el trayecto se me hizo entretenido y agradable. El jueves dormí en Tosantos (el pueblo burgalés del que te he hablado en alguna otra ocasión), el viernes cena con amigos, una cena a la que llegué un poco cansado por el viaje pero que me permitió compartir un momento con gente a la que aprecio y echo de menos aquí por el Sur.
El sábado quedé a comer con antiguos compañeros de balonmano, nos juntamos ocho. Este equipo se remonta a 2001, llevamos casi veinticinco años de relación. Tenemos un grupo de Whatsapp y hacemos unas dos comidas o cenas al año. Hemos forjado una amistad en torno al balonmano. Marcos "Txeroki" se empeñó en el inicio del siglo XXI en armar un equipo compuesto de retales, jugadores que habíamos dejado el deporte y otros que salían rebotados de otros equipos. Así nos juntamos un grupo de compañeros que empezamos a competir en la liga vizcaína en el renovado DOSA Salesianos, poco a poco el grupo se hizo más compacto y llegaron los éxitos, durante varias temporadas nos mantuvimos arriba. No llegamos a ninguna fase de acceso pero sí a dos finales de copa. La primera sería en 2004 y fue la determinante, muchos decían que si ganábamos el próximo año no seguirían, otros tenían intenciones en otros equipos. Salimos a ganar, el partido se disputó en Erandio contra La Salle de Deusto. Muy igualado, tanto que el resultado final fue 31-30, a favor de nuestro oponente. Perdimos. Fue un desastre, habíamos hecho una gran temporada y esperábamos poner un buen colofón. A alguno se nos saltó alguna lágrima. Pero al perder ganamos, el grupo no se desintegró, continuó. Muchos decíamos que había que intentarlo otra vez, así fue, dos temporadas después volvíamos a jugar una final de copa. Volvimos a perder, el grupo se volvió a unir. Llegaron los años y poco a poco fuimos dejando la práctica deportiva hasta que el equipo desapareció. Pero no dejamos de tener relación, de estar en contacto, seguimos con comidas o cenas. Alguna vez se queda para tomar unos potes y todo porque perdimos, si hubiésemos ganado la historia hubiese sido diferente. A veces hay que perder para ganar.
Buen fin de semana,
Gorka “loser” Fernández Mínguez
Me recordó al cuento aquel de "mala suerte, buena suerte, quién sabe" :D