Sea por Andalucía libre
Me siento a escribir con el compromiso semanal al que fallé el viernes pasado. Me pesa no traerte algo por aquí. Hoy es el día oficial de Andalucía, el oficioso es el 4 de diciembre. Hay controversia por cual de los dos días representa más esta tierra, yo personalmente me quedo con el de diciembre. Me gusta decir que mi patria es Bizkaia y mi matria Sevilla. Si ya hay matices en el País Vasco entres sus provincias con lo pequeño que es, imaginate en Andalucía que la extensión es similar a países como Portugal o Dinamarca. No hay una Andalucía, hay múltiples. No seré yo quien lo reduzca a cuatro clichés o estereotipos unitarios.
Llevo más de quince años viviendo en esta tierra, me ha dado tiempo para darme cuenta de que aquí se vive más intensamente y se relativiza en gran medida. Las cosas pueden ir mal pero se sobrellevan, existe una tendencia a vivir la vida apasionadamente sin que nada impida disfrutar del momento: de una caña con los amigos, de una puesta de sol en Cádiz, de un paseo por el Albaicín, de un baile en cualquier feria, de una rica gastronomía, de una herencia milenaria… La vida puede ir mal pero hay que sacar una sonrisa. Andalucía es alegría, pero no nos equivoquemos detrás de la alegría se esconde la tristeza, ese cante hondo que te desmonta, esa poesía desgarradora de los poetas del 27, un incienso en Jueves Santo, esos asentamientos chabolistas de personas que vienen a trabajar en el campo y malviven, esos índices de paro, esa desindustrialización.
Alegría y tristeza son dos caras de la misma moneda. Ejemplo muy claro son los carnavales con sus murgas y chirigotas, no solo de Cádiz, que con unos ritmos alegres nos cuentan las dificultades por las que pasa esta sociedad, letras cargadas de sentimiento y reivindicación, de una necesidad de ser libres sin ataduras con alegría pero sin olvidarnos de las penas.
Estoy orgulloso de haber venido a vivir a Sevilla, aunque eche de menos Bizkaia, estoy aprendiendo a vivir alegremente sin dejar de darle importancia a los malos momentos.
Buen finde,
Gorka “andalú” Fernández Mínguez