Soledad,
Aquí están mis credenciales,
Vengo llamando a tu puerta
Desde hace un tiempo,
Creo que pasaremos juntos temporales,
Propongo que tú y yo nos vayamos conociendo.
Este es el inicio de una canción de Jorge Drexler llamada Soledad. Me la recomendó Amparos Ramos hace unos dieciséis años cuando tras una ruptura me tocó volver a vivir solo. Con veintiséis años me fui de casa de mis padres y viví solo durante cinco años, aquella experiencia me marcó, cultivó en mí un carácter introspectivo que influyó en la relación que mantenía. Empecé a vivir en pareja. Un año más duraría la convivencia hasta que terminamos. Vivir en soledad me había hecho un tipo más cerrado, más difícil. Tenía la sensación de que no quería compartir mi vida con nadie, era feliz así. Pero no tomé la decisión de quedarme solo, opté por la vida en pareja. Fracasó. Volví a intentar la vida en pareja y he estado los últimos quince años viviendo acompañado, no solo por una persona se han ido sumando dos más. Desde el pasado uno de febrero vivo solo, bueno una quincena al mes la comparto con mi hija y mi hijo, la otra solo. En cierta medida no recuerdo bien lo que es vivir solo y me encuentro con cierta incertidumbre ante volver a convivir con la soledad. Trabajo ese miedo, intento recordar aquellos cinco años. Vivir solo supone tener la responsabilidad de gestionar tu vida, ser dueño de ti mismo. Un tiempo para quererme, para dialogar conmigo mismo, para pasar esas soporíferas tardes de domingo sin que me hagan daño, gestionar el aburrimiento. Como digo no recuerdo muy bien lo que es vivir solo, pero sí que tengo la noción de que sentía paz y tranquilidad. Me llevaba muy bien conmigo, disfrutaba de pequeños placeres, organizaba la casa a mi gusto, fundamentalmente me sentía bien, creo que mejor que ahora. Esto me lleva a pensar que el miedo que tengo es infundado, que la soledad ahora me va a ayudar a ser más feliz, pero tengo que construirlo poco a poco, sé que el proceso es lento. Imagino que me tocará llorar en silencio hasta que como dice la canción la soledad y yo nos vayamos conociendo. La canción continúa así ya pasó, ya he dejado que se empañe la ilusión de que vivir es indoloro. Vivir no es indoloro. Vivir es afrontar lo que viene con ganas, sé que va a haber dificultades, que me enfrento a una realidad compleja, pero tengo que amortiguar ese pánico a lo nuevo, esa incertidumbre que sobrevuela. La soledad me puede ayudar a transitar por este reto, el reto de ser feliz.
Buen fin de semana,
Gorka “lobo estepario” Fernández Mínguez
Mucho ánimo gorka eta besarkada bat