Allá por el inicio de curso, parece un mundo, tuve que intervenir en un tutoría. El asunto era el clima de convivencia. Entré en el aula de aquel primero de ESO y les hablé sobre la sonrisa. Aparentemente no tiene mucha relación, convivencia con sonrisa. Pero entendía que había que ir a la base, como escribió Horacio sin amor y sin sonrisas nada es agradable. Si no hay sonrisa, el día a día no nos agrada, lo que puede generar problemas de convivencia.
Les expliqué que sonreír es bueno desde el punto de vista fisiológico, supone ejercitar los diecisiete músculos cercanos a la boca y ojos, pero que incluso se llegan activar cuatrocientos músculos, ¿quién no llega a desarrollar agujetas en el estómago cuando rompe a reír? Respiramos mejor, nuestros pulmones mueven doce litros de aire, en vez de los seis habituales, lo que mejora la respiración haciendo que la piel se oxigene y tonifique. Pero también se fortalece el corazón, baja la hipertensión aumentando el riego sanguíneo, ya que se relajan los músculos lisos de las arterias, lo que supone una reducción de la presión arterial. Facilita la digestión al hacer vibrar el hígado, evitando el estreñimiento. Las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio. Ayuda a reducir el colesterol y la glucosa en la sangre. Produce más adrenalina, con lo que estimula la creatividad. Libera catecolaminas (neurotransmisores asociados al placer y felicidad). Se segregan endorfinas (sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina), con lo que podemos decir que la risa es un eficaz analgésico. Tiene todas estas ventajas a nivel fisiológico, imagínate a nivel social.
Seguro que conoces la técnica psicoterapéutica llamada risoterapia, su objetivo es producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa. Suele usarse en entornos hospitalarios. Si no has visto la película Patch Adams, ya estás tardando. Se ha demostrado que en el caso de niños hospitalizados el uso de la risoterapia se hace necesario ante la cantidad de tratamientos, con la ruptura del vínculo familiar, con la dificultad de ver a sus amigos… Este método aumenta las defensas, fortaleciendo el sistema inmunológico y favoreciendo la recuperación frente a la enfermedad.
La risa alimenta nuestro espíritu, en China los taoistas enseñan que una simple sonrisa asegura la salud, la felicidad y la longevidad. Para ellos la salud de una persona es proporcional a las veces que se ría durante el día, y los japoneses insisten en un proverbio que el tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses.
Esos alumnos de primero que atendían a mis explicaciones ríen menos que cuando estaban en Educación Infantil. Un niño sano ríe un promedio de trescientas veces al día, un adulto de diez a cien. ¿Sabías que evolutivamente la sonrisa aparece en un momento dado en niños sordos y ciegos? El movimiento ya existe a las cinco semanas de vida y se consolida a los ocho meses con refuerzo social. El grupo modula la sonrisa. Sin duda, generar entornos risueños que faciliten el aprendizaje y la convivencia es necesario tanto en un instituto de secundaria como en la empresa o incluso la cárcel. Dijo Chamfort, y no le falta razón, que el día peor empleado es aquel en el que no se ha reído.
¿Cuánto vas a reír hoy?
Feliz fin de semana:
Gorka “emoticono risueño” Fernández Mínguez
Let's laugh!