Yo he visto cosas que no creeríais
Sigo con el tema montaña sobre el que ya escribí la semana pasada haciendo referencia a Iñaki Ochoa de Olza.
Te adelanto que la montaña para mí siempre ha sido un ámbito que me ha atraído mucho. Ahora vivo en el valle del Guadalquivir y no tengo las cumbres tan cerca, como cuando vivía en Barakaldo.
Una de las personas que más me ha impresionado ha sido Francisco Contreras “Súper Paco”. Lo conocí personalmente en Sierra Nevada, en el refugio de montaña de Poqueira. Fue un 7 de julio. Sobre las nueve y media de la noche vimos cómo un hombre de avanzada edad (74 años) bajaba corriendo la senda que a la mañana siguiente nosotros debíamos transitar para subir en búsqueda de nuestro principal objetivo montañero, coronar el Mulhacén.
Cuando vi a Súper Paco descender por el sendero paralelo al río Poqueira se celebraba el Sierra Nevada Ultra Trail, tres días de recorrido, con casi 100 kms corre-andado y con 7.900 metros de desnivel positivo. Pues bien, ese casi octogenario hombre llegó, al final de aquella segunda etapa con camisa, pantalones de pinzas, varas de madera y sombrero de paja. Otros corredores lucían Garmin, prendas técnicas, GPS y demás parafernalia ultratrailera. Paco acababa de subir dos cumbres de 3000 metros de altitud (Alcazaba y Mulhacén) aquel día de San Fermín, sin apenas dotación técnica. Encima llegaba como si no hubiese pasado nada.
Hubo un momento especialmente mágico cuando lo vi llegar y cruzamos la mirada. Aquellos ojos negros me dijeron en un milisegundo “yo he visto cosas que no creeríais”. Ese instante acompañado de aquella tez oscura, larguirucha y bonachona me recordó a mi abuelo Julio Mínguez (que este, 27 de mayo, hubiera cumplido 104 años ¡felicidades abuelo!). Julio “Mediodía” palentino, misma cara curtida por el tiempo y los avatares de la vida que el montañero Paco, con 80 años seguía subiendo a la huerta (estaba en la montaña) y bajaba con varias bolsas de patatas y verduras para su mujer e hijos. Estos no paraban de decirle “papá deja ya la huerta que te puede pasar algo, estás muy mayor“.
Julio y Paco fueron dos de las personas en las que pensé durante la realización de la única prueba de ultradistancia que he realizado, el Trail Turdetania con 61 km de recorrido. Sin esos referentes motivacionales no hubiese terminado la carrera. Sin un autodiálogo positivo no hubiese llegado a meta.
Si simplificamos el esquema cognitivo en la siguiente secuencia: Pienso -> Siento -> Actúo
Podemos asegurar que en función de cómo pensemos, así actuaremos. En una situación de tensión, desgaste o simplemente difícil es importante tener pensamientos positivos precocinados, ideaciones que nos reporten tranquilidad y nos dirijan al éxito.
Al igual que un ultrafondista, en la vida lo que nos proponemos nos interesa finalizarlo en buenas condiciones, con buenas sensaciones. Si pienso “esta newsletter es un reto para mi carrera profesional, tengo una preparación a la altura de las circunstancias y Súper Paco se los comería con papas” tendré mayor confianza y mejor predisposición por ejemplo a la ahora de publicar un artículo por semana.
Claro, para correr una carrera de ultrafondo se necesita además preparación, programar bien la carrera estudiando sus tramos, conocer a alguien y correr junto a él, tener motivación para terminarla, llevar lo necesario para aguantar entre avituallamiento y avituallamiento, aprovechar dichos avituallamientos… Para escribir un artículo por semana también se precisa planificación.
Buen fin de semana
Gorka “autodialogado” Fernández Mínguez