El pueblo paciente
El pueblo saharaui es un pueblo paciente. Si vamos al significado de paciente vemos que tiene dos acepciones por una parte que tiene paciencia y por otra que padece algún dolor.
El pueblo saharaui lleva desde 1975 sin ver cómo concluye su proceso de descolonización, siendo la última colonia africana. Parte de su población resiste pacientemente en los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia), pero también sufre el dolor de unas penosas condiciones de vida en medio del desierto. Aquella zona en la que viven cerca de trescientos mil saharauis se denomina hamada (desierto pedregoso).
Desde las asociaciones de apoyo al pueblo saharaui realizamos en febrero la campaña Caravana por la Paz, de la que hablé por aquí hace un mes. En los tres colegios de Aznalcóllar recogimos diferentes alimentos no perecederos para enviarlos a los campamentos. Quedamos en realizar algún tipo de charla para explicar cómo llegaban los alimentos que entregaban a sus destinatarios y el pasado miércoles 17 de abril realicé junto con el saharaui Alien una serie de charlas con los más pequeños de este pueblo sevillano. En algunas aulas proyectamos el cortometraje de Silvia Munt titulado Laila.
Alien es un joven saharaui que vive en La Algaba, vino de acogida varios veranos y uno de ellos se quedó por problemas de salud. Se matriculó en uno de los institutos del pueblo, se tituló en Secundaria, hizo un Grado Medio y ahora está haciendo un Grado Superior de Higiene Bucodental. Todo un ejemplo de resiliencia, casi no sabía hablar español cuando llegó.
En la primera charla hablé más que él, le veía un poco inseguro. Poco a poco fue lanzándose y explicando con soltura por qué estaba su pueblo refugiado en Argelia y que suponía vivir en unos campamentos de refugiados. Era mucho más interesante y efectivo que fuese él quien hablase, el segundo y sucesivos grupos fue él quien asumió la responsabilidad de la ponencia. Lo hizo fenomenal. Me gustó mucho cómo acabó su alocución. Les decía a los pequeños: “tened paciencia, tened paciencia en todo lo que hagáis y sobre todo valorad lo que tenéis. Recordad que hay personas que no tienen un grifo de agua corriente ni ninguna de muchas comodidades que nosotros damos por hecho”.
Volvió a recordarme la paciencia de su pueblo. También me acordé de una dinámica que hace tiempo no practico con mi hija e hijo. Cuando están en la cama, ya acostados les digo: “a ver, pensemos tres cosas que le agradecemos al día de hoy”. A veces cuesta pero acaban saliendo. Este ejercicio nos permite valorar lo que tenemos y dar gracias, la gratitud es un valor importante que no debemos perder.
El otro día mis tres cosas a agradecer fueron:
haber podido compartir charla con Alien;
la disposición de los tres centros educativos que han llevado a cabo esta campaña solidaria y
poder conocer, y seguir conociendo, la realidad de un pueblo, el saharaui, que merece su libertad.
A veces, también hay que decirlo, la paciencia tiene un límite.
Cincuenta años son demasiados.
Buen fin de semana y buenas lecturas para quienes hayáis recibido regalos en forma de libro esta semana.
Gorka “impaciente” Fernández Mínguez
PD: La semana pasada publicamos el episodio 191 de Conversacines, hablamos sobre Sin Perdón de Clint Eastwood. El próximo lo haremos sobre El gran Lebowski, te animo a ver la peli y después escuchar el programa.
PD2: Mi amigo César Bardés ha publicado un libro que está en preventa, se titula Imprimir la leyenda y en él recoge quinientas anécdotas sobre cine que ha ido publicando en Twitter. Muy recomendable para esta semana del libro, si te gusta el cine es tu libro.
PD3: Ayer publiqué el último programa de La azotea algabeña, conversé con José Sánchez. Un amante del canto que incluso se animó a interpretar varias canciones de sus cantantes favoritos.