Pensamientos negativos
Hace un tiempo expliqué por aquí cómo tomar control sobre los pensamientos negativos, también escribí sobre las creencias irracionales de Albert Ellis; le doy bastante importancia a cómo nos hablamos, nuestro diálogo interno. He tenido una época en la que me venían muchos pensamientos negativos.
Dicen que tenemos unos 60.000 pensamientos diarios, obviamente de ellos algunos son negativos. Pues bien, expertos en psicología emocional plantean que lo máximo permitido serían tres pensamientos negativos al día. Una de las claves es no dar la espalda a estos pensamientos, la clave reside en no dejarnos llevar por esos patrones de pensamiento que nos dificultan la resiliencia, ponen trabas a la superación o motivación y que merman la capacidad de superación personal. ¿Quién no tiene pensamientos de ese calibre? Esos que a veces se amplifican y nos dicen: “no valgo para nada, no voy a poder con eso, voy a fracasar, por mucho que me esfuerce siempre me ocurrirá lo mismo…”. Ahora bien, cuando nos visitan de esta forma empalagosa y a instantes poderosa, solo cabe una opción posible: aceptarlos y transformarlos.
Obviamente un estado emocional negativo generará pensamientos negativos. En problema es que a veces no nos reconocemos en ese estado y mucho menos nos paramos para generar estrategias adecuadas que gestionen esas combinaciones neuronales que generan esos pensamientos tan dañinos. Estas emociones negativas influyen en el discurso interno y en la calidad de nuestros pensamientos. Este malestar y frustración puede generar patrones mentales en los que crece el diálogo negativo y obsesivo. Si estos estados se prolongan en el tiempo puede generar depresión o trastornos de ansiedad.
Valeria Sabater nos explica cómo se pueden neutralizar esos pensamientos negativos:
en primer lugar, una estrategia clave para transformar pensamientos negativos en positivos es saber identificar el diálogo negativo. Esto, que al principio nos puede sorprender, es evidente: no nos damos cuenta de hasta qué punto estamos supeditados a los pensamientos obsesivos, negativos y limitantes.
A menudo, un pequeño cambio en nuestras rutinas genera un cambio productivo. Regalarnos tiempo libre y de calidad ofrece alivio y bienestar. Así, prácticas tan útiles como el mindfulness, las terapias artísticas o incluso permitirnos conocer gente nueva siempre trae beneficios enriquecedores.
La mente a menudo puede volverse negativa y pegajosa. Cuando eso ocurre, nada mejor que abrirle una ventana para que se oxigene, para que vea nuevas perspectivas y posibilidades. Pongámoslo en práctica, aprendamos a tener el control sobre nuestros pensamientos.
Buen fin de semana,
Gorka “pensativo” Fernández Mínguez